Descifrando el inicio de protección cruzada conferida por el prototipo vacunal BA71ΔCD2 contra la peste porcina africana

La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad viral pandémica inofensiva para los humanos pero que causa una mortalidad elevada en cerdos domésticos y salvajes. A pesar de estar erradicada de España desde el año 1994, continúa comportando graves pérdidas económicas en el sector cárnico porcino en varios países de Europa del este, de Asia, de África sub-Sahariana y del Caribe. Durante el periodo 2018-2019, casi un 25% de cerdos domésticos del mundo murieron a causa de la enfermedad, manteniendo la PPA en el podio como enfermedad porcina más relevante. Teniendo en cuenta que no existe una vacuna comercial disponible globalmente, la reintroducción o expansión del virus en zonas libres de PPA acontece una amenaza constante.
El 2023 se aprobó la primera vacuna viva atenuada (LAV, del inglés life attenuated vaccine) contra la PPA para su uso y comercialización solo en Vietnam. Las vacunas atenuadas son aquellas que contienen troncos menos virulentos del patógeno en cuestión, ya sea por haber sido modificado genéticamente o por las características propias de la cepa seleccionada. A pesar de que existe controversia en su uso debido a los riesgos de bioseguridad asociados, actualmente las LAV son las únicas vacunas que han conseguido generar una respuesta inmunitaria en cerdos suficientemente robusta como para protegerlos contra la enfermedad. El grupo de investigación de la peste porcina africana del IRTA-CReSA, liderado por los doctores Fernando Rodríguez i Jordi Argilaguet, desarrolló en 2017 una LAV denominada BA71ΔCD2. El prototipo vacunal está basado en una cepa de PPA de genotipo Y aislada en España en 1971 a la que se le ha eliminado el gen que expresa el hemaglutinina viral CD2v. La inoculación intranasal de este prototipo vacunal ha demostrado ser eficaz en el desarrollo de una protección heteróloga contra cepas que pertenecen a los dos genotipos circulantes a Asia y Europa, característica única en comparación con las otras vacunas desarrolladas hasta ahora. A pesar de que estudios previos del grupo ya demostraron la eficacia de la vacuna a partir de los 21 días de su administración, quedaba sin concluir qué periodo de tiempo mínimo es necesario para el desarrollo de la protección de los animales y determinar qué mecanismos inmunológicos están asociados.
Para dar respuesta a las incógnitas planteadas, realizamos un estudio con tres grupos de cerdos vacunados con el BA71ΔCD2 diferentes días (3, 7 y 12) antes de ser infectados con una cepa letal del virus de la PPA, mientras que un cuarto grupo de animales se dejó sin vacunar como control del desarrollo de la enfermedad. Lo que observamos fue que la vacunación 7 días o menos antes de la infección con el virus no daba bastante margen para que el animal desarrollara una respuesta inmunitaria suficiente que controlara la infección, a pesar de que sí resultó en un atraso del curso de la enfermedad proporcional al tiempo postvacunación. En cambio, la vacunación 12 días antes de la infección demostró poder controlar tanto la fiebre asociada a la fase aguda de la PPA, como la viremia sistémica y la excreción de virus. La evaluación de órganos y tejidos durante la necropsia de los animales también reveló diferencias importantes en la severidad de las lesiones asociadas a la PPA entre el grupo vacunado 12 días antes y los grupos vacunados 7 y 3 días antes, siendo mucho más evidentes en los últimos grupos. Dando un vistazo en el estado inmunológico de los animales que formaban parte de los diferentes grupos, observamos que la protección que presentaba el grupo vacunado 12 días antes estaba asociada a la aparición de una respuesta humoral y la presencia de una respuesta citotóxica – mayoritariamente a células “natural killer” (NK) y linfocitos T – en el momento de la infección con VPPA. Los resultados obtenidos en este estudio están en línea con los obtenidos previamente en animales vacunados tres semanas antes de la infección, hecho que sugiere que 12 días después de la vacunación con BA71ΔCD2, los animales quedan dotados de un contexto inmunológico suficiente robusto como para hacer frente a la PPA.
El estudio concluye que la protección contra la PPA principalmente requiere de mecanismos propios de la respuesta adaptativa, y demuestra que la vacuna atenuada BA71ΔCD2 puede conferir inmunidad protectora a partir de los 12 días postvacunación, información que puede resultar crucial ante un brote de PPA que dependa de una actuación de emergencia rápida y efectiva.
Autores del trabajo: David Marín Moraleda, Jordana Muñoz Basagoiti, Aida Tort Miró, Mª Jesús Navas, Marta Muñoz, Enric Vidal, Àlex Cobos, Beatriz Martín Mur, Sochanwattey Meas, Veronika Motuzova, Chia-Yu Chang, Marta Gut, Francesc Accensi, Sonia Pina Pedrero, José Ignacio Núñez, Anna Esteve Codina, Boris Gavrilov, Fernando Rodríguez, Lihong Liu y Jordi Argilaguet.
Link del artículo: https://doi.org/10.3390/vaccines12050517
Este trabajo ha sido financiado por Ministerio Español de Ciencia e Innovación
(MICIU/AEI/10.13039/501100011033, beca PID2022-136312OB-I00)