Comentarios viruslentos (46): Los virus respiratorios no persisten 20 días sobre superficies y el coronavirus SARS-CoV-2, tampoco.

El Dr. Xavier Abad, virólogo y Responsable de la Unidad de Alta Biocontención de IRTA-CReSA, nos explica qué sabemos hasta ahora sobre la persistencia del SARS-CoV-2 en algunas superficies.

 

Es de sobras conocido que el virus SARS-CoV-2, el agente causal de la Covid-19, se transmite a través de las micro-gotas exudadas o exhaladas por infectados sintomáticos y, en menor medida, asintomáticos. También se consideraba y se considera todavía que otra posible vía de transmisión son las superficies contaminadas por estas micro-gotas una vez que éstas se depositan. Antes de que supiéramos nada de la persistencia ambiental del SARS-CoV-2 principalmente en superficies, la única posibilidad era guiarnos por la persistencia, previamente descrita, de otros virus envueltos.

En un primer análisis no exhaustivo de datos disponibles en cuanto a virus envueltos respiratorios, tenemos estos datos:

Los virus influenza A y B persisten 24-48 horas en superficies no porosas como acero inoxidable o plástico y sólo 8-12 horas en ropa, papel y pañuelo. Virus influenza dejados secar sobre acero inoxidable se podían recuperar pasando el dedo a las 24 horas. [Artículo de referencia]

El metapneumovirus aviar y el virus gripe aviar desecados sobre 12 superficies porosas y no porosas, persistió hasta 6 días pero no 9 días y siempre mejor en superficies no porosas que en superficies porosas (puede haber un problema de elución, más abajo comentamos que significa). [Artículo de referencia]

Virus Influenza. Font: CDC

Estructura de un virus influenza./CDC

Se comparó viabilidad y señal molecular de 5 cepas de virus influenza desecados en 3 superficies (algodón, microfibra, acero inoxidable). Concentración inicial, entre 10.000 y 1.000.000 virus. Los virus viables llegaron apenas a los 14 días, sólo en acero inoxidable, y sólo 7 días sobre algodón y microfibra. Por el contrario, la señal molecular, la detección del genoma de influenza fue positiva toda la duración del estudio, que fueron siete semanas. No hubo diferencias entre cepas, ya que todas se comportaban de la misma manera. [Artículo de referencia]

– Virus de influenza A desecado sobre guantes de goma, una mascarilla N95 (o FFP3), o sobre un mono Tyvek o acero inoxidable mantuvo su infectividad 8 horas sobre todos los materiales y sólo llegó a las 24 horas de persistencia en el guante de goma. [Artículo de referencia]

El virus pandémico pH1N1 fue inoculado sobre diversas superficies «caseras». El genoma se detectó sin alteraciones significativas a las 24 horas, pero la infectividad viral se mantuvo sólo 4 horas para muchos materiales y no más allá de 9 horas en algunos materiales no porosos. Caídas de 4 log, que son 10.000 virus, o un 99,99% de reducción. Los autores concluyen que la transmisibilidad a través de superficies es posible pero improbable si no hay re-contaminaciones (que es lo que ocurre habitualmente en el domicilio de un infectado). [Artículo de referencia]

El virus pandémico Influenza A H1N1 permaneció infeccioso (estamos hablando de reducciones de 5 log, es decir 100.000 virus) durante 48 horas en superficies de madera, 24 horas en acero inoxidable y superficies plásticas, y 8 horas en ropa, aunque los autores apuntan a un problema de elución, que podría ser que el virus quedara secuestrado por la textura del material; sin embargo a efectos prácticos si no queda disponible para ser recogido por el sudor de un dedo, epidemiológicamente sería irrelevante. [Artículo de referencia]

Y, como siempre, el outlier, que nos debe hacer estar alerta, pero los datos son los que son. Los autores encuentran que dos cepas de virus Influenza A, desecadas sobre acero inoxidable y mantenidas a 18-25ºC en diferentes condiciones de humedad relativa (HR), sólo experimentaban 2 log10R, caídas del 99% de su infectividad, a los 7 días. [Artículo de referencia]

Treball al laboratori NBS3. Font: IRTA-CReSA

Laboratorio NBS3. Fuente: IRTA-CReSA

Pero afortunadamente, en unos pocos meses, recordemos que el SARS-CoV-2 lleva entre nosotros, de forma declarada, menos de 5 meses, han aparecido una serie de referencias que aportan datos recopilatorios de los coronavirus en general, como Kampf et al, 2020 o específicas como van Doremalen et al., 2020Chin et al., 2020 o Pastorino et al., 2020.

Ahora exponemos la conclusión general, pero después desarrollaremos dos discusiones más detalladas. La conclusión general, en breve, como nos debería gustar a todo el mundo, la persistencia más allá de 7 días del SARS-CoV-2 sobre superficies es puramente anecdótica y sólo sobre superficies no porosas, las más favorables, ya que las caídas previstas están por encima 4 logs. En cartón estas inactivaciones se alcanzan antes de los 4 días (van Doremalen et al., 2020). Pero es que si miran la revisión de Kampf no hay persistencia de ningún coronavirus evaluado más allá de los 9 días.

Pero vamos a desarrollar un poco más dos «materiales» específicos, la ropa y el papel, por los que hay gente que me ha pedido específicamente opinión.

 

Photo by Kelly Sikkema on Unsplash

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Empezamos por el papel

La aproximación es la de siempre. Primero, hay que saber que se ha hecho con SARS-CoV-2 y papel; después qué datos tenemos de virus cercanos como SARS-CoV o MERS (de MERS no hay casi estudios, de hecho, desde el IRTA-CReSA llevamos trabajando con él en otros temas 5 años) y luego saltar de familia vírica y ver que hay para otros virus envueltos, como influenza.

SARS-CoV-2 desecado en papel?

Los datos de van Doremalen et al., 2020, dicen que sobre cartón la vida media (cuidado con el concepto) es de unas 9 horas. En 9 horas el título infeccioso del agente causal de la CoVID19 baja un 50%, lo cual no quiere decir que desaparezca; en las siguientes 9 horas caerá otro 50% (del 50% restante), por lo que quedará un 25%, y así sucesivamente, por lo que lograría una caída del 99,9% de la infectividad en poco más de 2 días. Pueden hacer las cuentas ustedes mismos. No parece muy preocupante, ¿verdad? Pero seguimos.

También tenemos a Chin et al., 2020 que aporta datos sobre la persistencia en papel de impresora o pañuelo de papel. Aquí hablamos ya de caídas directas de infectividad 2,5 log en papel y 3,2 log en tissue, en 30 minutos, grosso modo 3 log de reducción, un 99,9% de reducción de SARS-CoV-2 disponible, o eluible, en 30 minutos. Estos datos tienen un artefacto, pero… la reducción real de título infeccioso de SARS-CoV-2 sobre papel estaría rozando los 4 log, un 99,99% en 30 minutos.

Pero aún podemos ir a buscar datos de su primo lejano, el SARS-CoV. Y esto lo encontramos en la revisión de Kampf et al, 2020. Allí se recoge un estudio de Lai et al., 2005 que indica que la persistencia en papel por el SARS-CoV-2 sería de 24 horas o 3 horas o menos de 5 minutos, en función de la carga vírica, de 10.000, 1.000 o 100 TCID50 / mL, respectivamente. De nuevo, como siempre, cuantos más virus a desecar más tarda en reducirse el peligro pero, para cantidades infecciosas altas, éste sobre papel es despreciable.

¿Y si comparamos el coronavirus con el virus de la gripe en cuanto al papel?

Si pensamos en otros virus respiratorios envueltos, lo primero que se nos viene a la mente es el virus de la gripe. Pues el virus de la gripe se comporta igual o peor que SARS-CoV-2 según Bean et al., 1982, que describe pérdida total de infectividad del virus influenza entre 8-12 horas después de desecado sobre papel. Y si miramos un estudio de revisión de 2007, se puede extraer la siguiente figura:

Comparación de fomites en coronavirus y en virus de la gripe.

Esta figura indica que la inactivación de coronavirus relacionados a SARS-CoV-2 como son 229E o OC43 oscilaría entre 3 y 4 log, un 99,99% de reducción en 24 horas, y que los datos de influenza serían un worst case, allí donde llegue la persistencia del virus de la gripe difícilmente llegaría la del coronavirus.

¿Las conclusiones? La persistencia de SARS-CoV-2 sobre papel es, con alta probabilidad, muy corta en el tiempo y el potencial infeccioso de papeles tocados por otras manos, en el plazo de minutos u horas, desaparecería, si consideramos los datos conocidos y los niveles de contaminación ambientales descritos.

En cualquier caso una cuarentena de papel (24-28 horas) parece suficiente para eliminar cualquier riesgo residual de transmisión de SARS-CoV-2, partiendo de la base de que el papel sería una superficie/fomite muy segura y epidemiológicamente neutra.

 

Photo by Mel Poole on Unsplash

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¿Qué podemos decir de la ropa, o los textiles?

El único estudio directo es de Chin et al., 2020 y da unos datos lógicos. El virus SARS-CoV-2 cae casi 2,5 log al desecarse sobre «cloth», ropa (no dan mucha precisión más), a las 3 horas y en torno a los 3 log a las 24 horas; estamos hablando de inactivaciones por encima del 99% en horas. Y tengo otro mensaje adicional; hay otra vez el mismo artefacto en este estudio, ya mencionado anteriormente, que detectamos los que trabajamos en este tema.

Estos valores son superiores, del orden de 4 logs a las 3 horas, por tanto 99,99% inactivación porque el virus cae un logaritmo adicional mientras se está secando; sólo tienen ustedes que comparar el título vírico equivalente sobre acero inoxidable. Es efecto conocido, en mi tesis en hablaba, y otros antes que yo, que yo no descubrí nada; en los materiales con textura, porosos, los virus quedan secuestrados y no quedan muy disponibles para ser posteriormente eluidos. Pasa con virus envueltos como SARS-CoV-2 pero también con virus no envueltos.

Por desgracia, esto es el único dato que tenemos publicado de textil y SARS-CoV-2 que conozcamos. Pero podemos tirar por aproximación. SARS-CoV-2 es estructuralmente muy similar a SARS-CoV y por este tenemos algún dato adicional en Kampf et al, 2020. Aquí indican que para monos de un solo uso (indumentaria de trabajo en el laboratorio) la persistencia de SARS-CoV-2 puede ser de 2 días, 1 día o 1 hora a temperatura ambiente. Y ustedes dirán … qué tontería de aproximación, no? Y no, porque refleja un aspecto que muchos de ustedes no consideran y es la carga vírica inicial. Si metemos 10.000 virus «sobrevivirán» 48 h; si metemos 1.000 virus se mantendrán infecciosos sólo 24 horas y si sólo desecan 100 virus «aguantarán» UNA HORA. Por eso saber concentración media de SARS-CoV-2 en exudados y secreciones es importante y aún no está clara. Pero hay más, este estudio de Kampf lleva al estudio original de Lai et al., 2005 que indica que cuando se hizo la misma prueba con un mono de ALGODÓN la persistencia de SARS-CoV-2 fue de 24 horas, 1 hora y CINCO MINUTOS, respectivamente. Cinco minutos si se desecaban 100 SARS-CoV-2 sobre algodón. Yo consideraría este tiempo, incluso los 60 min. de la condición con 1.000 virus SARS-CoV-2 un buen margen de seguridad. Y eso sin hacer NADA, sin aplicar ningún tratamiento inactivador.

A partir de aquí ya pisamos «arenas movedizas» (¿se llaman así, no?) porque todas las comparaciones que hacemos las haré con virus de otras familias víricas que no comparten estructura con los coronavirus como SARS-CoV-2 y SARS-CoV. Y qué mejor que fijarnos en el virus influenza, el virus de la gripe. Hay datos y apuntan en la misma dirección… por ejemplo en este artículo comparan varias cepas de influenza en su persistencia sobre algodón y microfibra y mira por donde los resultados son comparables a SARS-CoV-2

Font: https://doi.org/10.1016/j.jhin.2016.12.003

Fuente: https://doi.org/10.1016/j.jhin.2016.12.003

Tomen aquí el acero inoxidable (stainless steel) como control negativo, como imagen de los virus influenza en un ambiente óptimo de supervivencia aunque también se inactivan en el tiempo. Y trabajan con títulos víricos altísimos. ¿Qué se ve? Que en la 1ª hora ya hay caídas medias del 99% de la infectividad de diferentes cepas de influenza y que a las 24 horas la caída ya es de 3 log, un 99,9% de reducción, tanto para algodón como para microfibra. A los 7 días de cuarentena… se puede concluir que «no» hay infectividad residual. De nuevo aviso estudio experimental hecho con unas concentraciones bastante lejos de las ambientales, que yo tenga conocidas. Hay más pero ya volveremos en el futuro cuando tengamos más datos frescos.

¿Mi hipótesis? La ropa, sobre todo aquella que sea probada ocasionalmente nunca será vector relevante de transmisión de SARS-CoV-2 si las normas higiénicas pasivas se cumplen y en caso de duda, un microambiente caliente y seco puede ser suficiente para hacer caer una hipotética infectividad residual de SARS-CoV-2. Y no pongamos sobre-tecnología donde no es necesario, que algunos de nuestros problemas actuales vienen aquí.

Pero esta, esta es otra historia…

Conoce algo más al autor de este post:

Cap de la Unitat de Biocontenció IRTA-CReSA. comentarisviruslents.org xavier.abad@irta.cat