Gripe aviar: ¿cuál es la situación en Cataluña y qué se está haciendo?

Esta entrada se basa en un informe elaborado por el Grupo Colaborativo Multidisciplinar para el Seguimiento Científico de la COVID-19 (GCMSC), publicado por ISGlobal. El informe analiza el estado actual de la gripe aviar H5N1 a nivel global, europeo y catalán, y destaca la importancia de mantener una vigilancia constante y coordinada entre diversos organismos.

Cinco años después del inicio de la pandemia de la COVID-19, sus consecuencias siguen haciéndose notar: más de 7 millones de muertes notificadas (aunque la cifra real podría superar los 20 millones), millones de personas con síntomas persistentes y unas pérdidas económicas estimadas en 16 billones de dólares, que han empujado a 130 millones de personas a la pobreza.
Es difícil predecir cuándo y cómo puede surgir una nueva amenaza pandémica, pero lo que está claro es que debemos mantener la vigilancia sobre distintos virus con potencial para provocar una crisis global. Uno de los que más preocupa actualmente es el virus de la gripe aviar H5N1, que ya ha conseguido infectar a más de 50 especies de mamíferos.

Aunque hasta ahora no se han documentado casos de transmisión sostenida entre humanos, su creciente circulación entre mamíferos incrementa el riesgo de que esto acabe ocurriendo. En Estados Unidos, la situación es especialmente preocupante: el virus ha circulado activamente entre aves de corral y ganado lechero durante más de un año, con más de 12.000 detecciones en aves silvestres, cerca de 1.000 explotaciones infectadas y al menos 70 casos humanos confirmados tras la exposición a animales infectados, incluida una muerte. Además, los recientes cambios en los sistemas de información del país dificultan el seguimiento público de la evolución del virus. En Europa, la situación está mucho más controlada, con menos casos y sin afectación conocida en ganado lechero. En este contexto, Cataluña presenta una situación relativamente tranquila, aunque bajo estrecha vigilancia.

Durante 2024, en Cataluña se recogieron 1.000 muestras de aves silvestres dentro de los programas de vigilancia. De estas, solo seis resultaron positivas por gripe aviar, una cifra que refleja una circulación muy baja del virus en el territorio. Entre esas seis detecciones, solo una correspondía al subtipo H5N1, y fue identificada en una gaviota. Esto refuerza la importancia de la vigilancia constante, ya que incluso con una incidencia aparentemente baja, la presencia de cepas altamente patógenas en la fauna salvaje puede representar un riesgo latente. Otro dato positivo es que no se han detectado casos en granjas avícolas catalanas en los últimos dos años, lo que indica una protección efectiva del sector. Sin embargo, la situación puede cambiar rápidamente, y por ello los sistemas de vigilancia y respuesta se mantienen activos y coordinados para detectar cualquier señal de alerta a tiempo.

Vigilancia compartida y coordinada
La vigilancia del virus en Cataluña se lleva a cabo de manera conjunta entre diversos actores clave que trabajan de forma coordinada:

  • El IRTA-CReSA (Centro de Investigación en Sanidad Animal) realiza vigilancia pasiva, analizando muestras de aves silvestres —y ocasionalmente de mamíferos— encontradas muertas o con signos clínicos compatibles con gripe aviar.

  • El CESAC (Centro de Sanidad Avícola de Cataluña y Aragón) se encarga de la vigilancia activa en granjas avícolas, especialmente cuando se detectan casos cercanos en fauna silvestre.

  • El Departamento de Microbiología de la Universidad de Barcelona monitoriza las aguas residuales del área metropolitana para detectar la presencia de virus relevantes para la salud pública, como el H5N1.

Actualmente no se está llevando a cabo vigilancia específica en ganado, dada la baja circulación del virus, aunque se prevé activar protocolos de cribado si la situación cambia.

Preparados para actuar
El informe subraya que, a pesar de la situación tranquila en Cataluña, es importante seguir preparados. El virus de la gripe aviar es altamente adaptable, y su evolución puede ser rápida e imprevisible. Por ello, se recomienda:

  • Mantener la vigilancia tanto en aves silvestres como domésticas.

  • Disponer de protocolos de actuación claros en el ámbito agrícola y sanitario.

  • Fomentar el enfoque One Health, conectando la salud humana, animal y ambiental, y asegurando el seguimiento de las personas expuestas a aves infectadas.

  • Reforzar las redes de vigilancia a nivel internacional.

La colaboración entre centros de investigación, servicios sanitarios, instituciones académicas y administraciones públicas es clave para anticiparse a posibles escenarios futuros y proteger la salud pública de forma integrada.

Accede aquí al informe completo.

Conoce algo más al autor de este post:

Comunicació. Centre de Recerca en Sanitat Animal (IRTA-CReSA). Programa de Sanitat Animal IRTA. eduard.cecilia@irta.cat