Comentarios viruslentos (45): Ebola y Congo; no es una tormenta perfecta, pero lo parece

Estamos al quinto mes (falso) de un nuevo brote de Ebola en la República Democrática del Congo (RDC), un país que ya ha experimentado diez epidemias por este virus a lo largo de su historia. De hecho, allí se descubrió el virus en 1976. Y no se le está dando excesiva importancia, asumiendo que se resolverá como las precedentes. Y quizás sí, pero…

La última epidemia de Ebola entre 2014 y 2016 dejó el listón muy alto. Más de 28.000 afectados y más de 11.000 muertes. Porque hay que preocuparse de un brote que ahora mismo por unos 550 casos y «sólo» 310 muertos? El demonio está en los detalles; hay que preocuparse, y ocuparse, porque este brote es diferente a los anteriores. Hay cosas que van mejor y otras que van peor, mucho peor, y todas ellas tienen que ver con nosotros, los humanos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estamos al quinto mes del brote (declarado oficialmente el primer día de agosto) … bien, esto no es del todo cierto. El brote probablemente se origina 6 a 8 semanas antes de su declaración oficial. Aún así, hay que decir que la respuesta internacional ya engrasada por el brote de Liberia-Guinea-Sierra Leona y por otro que tuvo lugar en la misma RDC unos meses antes ha sido más rápida y activa. Básicamente, e independientemente de los centros de tratamiento abiertos junto a los clústeres (grupo de afectados), una aproximación que ya se ensayó al brote 2014-16, ahora se están administrando tratamientos experimentales y una vacuna experimental, de Merck, que llegaron relativamente tarde al brote de 2014-16. Además, se trabaja con los líderes comunitarios y se intentan (el matiz nuevo) hacer enterramientos seguros respetado en lo posible las tradiciones locales. Los enterramientos son uno de los puntos calientes en la transmisión por Ebola y aún se reportan casos de cadáveres infectados tomados por familiares de los hospitales y tanatorios para enterrarlos «a su manera».

Fuente: OMS

 

La vacuna experimental, aunque no licenciada, ya se ha administrado a la hora de escribir estas líneas a más de 45.000 personas. No es una vacuna generalista, los lotes producidos no dan para vacunar a todo el mundo y la aproximación consiste en vacunar a toda la población de riesgo como puede ser el personal sanitario y colaboradores de primera barrera (tratamiento enfermos) así como todos los familiares y conocidos que hayan estado en contacto con casos probables o confirmados. Es lo que se llama una vacunación en anillo, se vacuna a todos los que haya estado en contacto con un caso para ahogar la propagación del virus; las dos únicas excepciones son las mujeres embarazadas y los niños de edad inferior a dos años, aplicando el principio de precaución.

Más de 240 anillos de vacunación se han hecho. Y no es una estrategia nueva, ya se usó para la erradicación del la viruela (Smallpox). El esfuerzo logístico de administrar esta vacuna es uno de los grandes éxitos, con claroscuros, porque la vacuna es estable … en congelación (-60 a -80ºC). Las autoridades sanitarias de RDC estiman que esta vacunación ha salvado miles de vidas … en las zonas calientes, como la ciudad de Beni, el índice R0, que da idea del número de personas que una persona infectada puede infectar se mantiene alrededor de 1; cuando una zona infectada está realmente «caliente» este índice está entre 2 y 4. Por lo tanto en ausencia de vacuna no estaríamos tan lejos en número de afectados y muertos del brote de 2014-16.

Y además, tenemos tratamientos experimentos basados ​​en tres anticuerpos (el monoclonal mAB114, el zmapp de MappBio, un Mab de Regeneron) y un antiviral, el remdesivir o GS-5734, que se han aplicado a más de 160 personas. Consideraciones éticas aparte, porque se están administrando saltándose o comprimiendo etapas de revisión o ensayos, estas pruebas pueden añadir herramientas en el arsenal para enfrentarse al virus Ebola.

Font: CDC (CCBY 2.0)

Fuente: CDC (CCBY 2.0)

 

Pero aquí terminan las buenas noticias y empiezan las malas. La situación en el campo es muy preocupante porque el brote se ha desatado en una zona con un conflicto armado muy vivo. Los casos se concentran en el norte del país, al lado de Uganda, en las regiones de Ituri y Kivu Norte, cerca de Parque Nacional de Virunga. Ya se pueden suponer las dificultades de los equipos médicos que son tiroteados varias veces por semana por grupos rebeldes. Han muerto trabajadores sanitarios y cascos azules de la ONU. Esto ha generado zonas no accesibles de donde han salido casos de infección; en estas zonas intentar la vacunación o que ésta llegue a todos que lo necesite es sencillamente imposible, y del seguimiento de los contactos mejor no hablar. De añadidura el virus ha llegado y va generando víctimas a dos ciudades fuertemente pobladas de la zona, Beni y Butembo.

El sistema sanitario y de vigilancia epidemiológica de RDC está bajo mínimos, y no se explica sólo por la «pobreza» del país, sino por su corrupción. Otro factor de agravamiento exclusivamente humano. Esto ha generado desconfianza entre la población de la zona que prefiere recurrir a personas que practican curas alternativas del todo inefectivas, lo que no frena, sino que incluso esparce la epidemia. En definitiva, una epidemia que no está bajo control, que suma decenas de casos semanales sin freno y sin perspectiva de ralentización. Y uno de los peores indicadores es la aparición continuada de casos «setas», casos que no se pueden asignar a ninguna cadena de transmisión conocida, lo que lleva a concluir que hay cadenas de transmisión desconocidas con infectados no controlados.

Pero para acabar con la epidemia debería acabar antes con la violencia y, ay, eso sí está fuera de la capacidad de imaginación de uno ahora mismo. Un escenario de cronicidad del virus Ebola con casos continuados no sería descartable e incorpora variables indeseables, por ejemplo que una circulación continua del virus acabe seleccionando alguna mutación que nos sea desfavorable como especia humana. Adicionalmente, cuanto más circule el virus más posibilidades hay de que se esparza en Uganda (donde malviven cientos y miles de refugiados de RDC) o en Sudán del Sur, haciendo el problema aún más gordo y menos manejable.

Hay motivos para estar preocupados, es muy similar a una tormenta perfecta (y no lo digo yo, lo dice Peter Salama, el jefe del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS). Tenemos por muchos meses.

Pero esta, esta es otra historia.

Conoce algo más al autor de este post:

Cap de la Unitat de Biocontenció IRTA-CReSA. comentarisviruslents.org xavier.abad@irta.cat