La ballena localizada en Tossa de Mar esta Semana Santa murió embestida por un barco
La necropsia que ha realizado la Universidad Autónoma de Barcelona indica que el cuerpo del ejemplar, una ballena con pico de Cuvier, o zifio común, presentaba un corte importante en la piel y seis costillas rotas, muy probablemente por el impacto de un barco. Es la tercera vez que se tiene constancia de que esta especie se encuentra en la costa catalana, las dos anteriores fueron en 2015 en Mataró y en Salou.
Los resultados de la necropsia que ha realizado el Servicio Diagnóstico de Patología Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), con la colaboración del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA), el cuerpo de la ballena localizado la tarde del jueves Santo en una cala del sur de Tossa de Mar (Selva) indican que el ejemplar murió por un fuerte impacto, muy probablemente, de un barco. Según el responsable de necropsias de fauna marina protegida Mariano Domingo, investigador del IRTA-CReSA y profesor del Departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la UAB, el cuerpo presentaba un corte profundo en la piel de unos 25 centímetros y tenía seis costillas rotas.
Imagen de la necrópsia en la que se ven varias costillas fracturadas. Foto: UAB
La ballena era un ejemplar de macho de zifio común o ballena con pico de Cuvier (Ziphius cavirostris) de cinco metros y medio de longitud. Es una especie protegida, realmente difícil de observar, prácticamente sólo en alta mar, y que vive lejos de la costa. De hecho, esta es la tercera vez que se tiene constancia de que un zifio se encuentra en las playas catalanas, en este caso, arrastrado por la llevantada.
45 atascos en 2018
La Red de Rescate de Fauna Marina (XRFM), del Departamento de Territorio y Sostenibilidad, contabilizó 45 varamientos de cetáceos en el litoral de Cataluña durante el año 2018, mientras que habían sido 38 en 2017 y 2016, 37 en 2015, 21 en 2014, 24 en 2013, 62 en 2012, 20 en 2011 y 27 en 2010. de los 45 de 2018, 40 llegaron muertos en el litoral y sólo cinco delfines rayados (Stenella coeruleoalba), vivos, aunque estaban enfermos y acabar muriendo en la costa. De los cetáceos que ya llegaron muertos, la gran mayoría eran también delfines rayados, seis delfines mulares (Tursiops truncatus) y dos rorcuales (Balaenoptera physalus). A nivel comarcal, ocho llegaron en el Tarragonès, siete en el Alt Empordà, cinco en el Baix Empordà, cinco en el Garraf, tres en el Baix Llobregat, Barcelonès, Maresme, Montsià, Baix Camp y Baix Penedès, y dos en el Baix Ebre.
Equipo veterinario y técnico en el Edificio de Necrópsias de la UAB.
Restos para la investigación
La XRFM coordinó todo el operativo de la recogida del cuerpo de la ballena con pico de Cuvier en Tossa de Mar. Tras el aviso que hizo el Cuerpo de Agentes Rurales (CAR) el jueves, 18, por la tarde, se decidió dejarlo en lugar por causa del mal tiempo. A la mañana siguiente el oleaje la había arrastrado hasta la playa de Garbí de Llorell, también en Tossa, un lugar de difícil acceso para un vehículo pesado que debía llevarse el cuerpo. Así que se optó por trasladarlo hasta el puerto de Blanes con un barco de Salvamento Marítimo. Desde allí, el sábado, un camión-grúa lo pudo sacar del agua y llevarlo hasta el Edificio de Necropsias de la Facultad de Veterinaria de la UAB, en Bellaterra (Cerdanyola del Vallés, Barcelona).
Allí, además de realizar la necropsia del zifio, le han extraído unas vértebras que servirán para la investigación científica. En concreto, se trasladarán a mar con otros restos de cetáceos, y el Laboratoire de Ecogéochimie diciembre Environnements Benthiques (LECOB) francés hará el seguimiento de cómo se descomponen restos de grandes animales a gran profundidad marina.
