El uso de antibióticos en las granjas de cerdos puede poner en peligro la salud pública? Estudio de la aparición de resistencias.
Una de las consecuencias negativas del uso de antibióticos tanto en medicina humana, como en sanidad animal, es la emergencia de bacterias resistentes a dichos antibióticos. En aquellos casos en que ocurre una infección severa, o en los que el paciente está inmunodeprimido, la presencia de bacterias resistentes a los tratamientos, puede aumentar la morbilidad y mortalidad del paciente.
Es por esto que la Organización Mundial de la Salud ha clasificado algunos de estos antibióticos de importancia crítica para la salud humana, puesto que son la última opción de tratamiento de algunas infecciones. Las cefalosporinas de tercera generación y los macrólidos, son algunos de estos antimicrobianos denominados de importancia crítica.
La gran problemática es que los antibióticos usados en medicina veterinaria son estructuralmente similares a los usados en medicina humana, por lo tanto la aparición de bacterias resistentes en animales destinados al consumo, si se transfieren a lo largo de la cadena alimentaria pueden llegar al consumidor y tener consecuencias negativas para la salud pública.
En España, los antimicrobianos betalactámicos (como penicilinas y cefalosporinas), y los macrólidos (tulatromicina y tildipirosina) son los más usados durante la lactación del lechón en producción porcina. Por este motivo llevamos a cabo un estudio en el que evaluamos:
- Si el tratamiento con ceftiofur es un factor de riesgo en la emergencia de cepas de Escherichia coli resistentes a cefalosporinas.
- Si las granjas de porcino son un reservorio de E. coli resistentes a cefalosporinas que pueden persistir y entrar en la cadena alimentaria.
Para ello, seleccionamos ocho granjas convencionales de porcino que no habían sido tratadas previamente con ceftifour o tulatromicina. En cuatro de ellas, a un grupo de animales se les suministró un tratamiento con ceftiofur, y en otras cuatro un tratamiento con tulatromicina. Dentro de cada granja, también se dejó un grupo control al que no se le administró ninguno de estos dos tratamientos. En todas las granjas, los animales fueron tratados con el programa nutricional de medicina preventiva que consistía en el uso de amoxicilina, apramicina, tiamulina y oxitetraciclina entre los 21 y 70 días post-parto. En una de las granjas también se aplicaba sulfato de colistina. Se tomaron muestras de heces de los lechones de siete días antes del tratamiento (día 0), a día 2 y 7 post-tratamiento y antes de partir al matadero para estudio microbiológico. Las madres fueron muestreadas únicamente en una ocasión, antes de tratar a los lechones.
Para empezar, se encontraron cepas de E. coli resistentes a cefalosporinas en lechones de siete días que no habían tomado ninguna medicación. Su presencia se asoció a la excreción de cepas resistentes en sus madres, ya que en aquellas granjas en las que las madres eran negativas no se encontraron cepas de E. coli resistentes ni en los lechones, ni a lo largo del ciclo productivo, independientemente del tratamiento recibido. Estos resultados sugieren que las cepas resistentes están circulando en las granjas y por tanto intervenciones a nivel de bioseguridad, limpieza y desinfección podrían reducir su presencia.
El tratamiento con ceftiofur resultó en un aumento transitorio de cepas resistentes después de 48 horas de su administración. En aquellas granjas positivas, la proporción de animales que excretaban E. coli resistentes disminuyó con la edad del animal. Cinco de las ocho granjas fueron positivas para E. coli resistentes a cefalosporinas, y en tres de ellas los animales partieron al matadero excretando cepas resistentes. Normalmente se espera que el procesado en el matadero reduzca la población de bacterias. Sin embargo, en algunas etapas en matadero pueden darse contaminaciones de la carne o contaminaciones cruzadas con animales contaminados, y como consecuencia bacterias resistentes pueden llegar al consumidor. Por ello es importante reducir la prevalencia de estos microorganismos resistentes en la producción primaria. Visto que las probabilidades de que los animales sean positivos en matadero aumentan cuando las madres son positivas, y cuando los lechones han sido positivos en edades tempranas, el diseño de estrategias para controlar y reducir la presencia de estos microorganismos en las madres, tendrá un efecto positivo en minimizar la colonización de sus lechones con bacterias resistentes, y por tanto ayudará a reducir su presencia al final del ciclo de vida, reduciendo su impacto en la salud pública.
Este estudio ha sido financiado por un proyecto de investigación del MINECO (AGL2011-28836) y ha sido publicado recientemente en la revista científica The Veterinary Journal:
Shedding of cephalosporin resistant Escherichia coli in pigs from conventional farms after early treatment with antimicrobials Karla Cameron-Veas, Miguel A. Moreno, c, Lorenzo Fraile, Lourdes Migura-Garcia doi:10.1016/j.tvjl.2016.02.017