Comentarios virus-lentos (33): Gestión de residuos: Un caso de infección por manipulación de residuos

Al hilo de una noticia aparecida recientemente en El País sobre una infección laboral quizás conviene hablar un poco de proceso de gestión de residuos en un centro de investigación como el nuestro, y algunas derivadas.

Trabajamos con patógenos peligrosos (grupo de riesgo 2) o muy peligrosos (grupo de riesgo 3). Quien quiera saber más sobre categorización del riesgo de los microorganismos puede visitar la entrada 29 del blog comentarisviruslents.org. Antes de empezar el trabajo experimental se hace una segregación de residuos ya que todo el material que no debe estar en contacto con patógenos o ambientes potencialmente contaminados (las cajas de cartón y envoltorios plásticos de guantes, kits, pipetas, etc.) son retirados antes y se procesan como residuo doméstico o banal. Una vez terminado el trabajo, todo el material en contacto con el patógeno (pipetas de plástico, medios de cultivo, hisopos, asas de siembra, etc.), que ya puede haber sido parcialmente desinfectado, es introducido dentro de contenedores de plástico homologados (normalmente de 60 litros de capacidad) que una vez llenos son completa y correctamente cerrados para ser recogidos por una empresa homologada y enviados a un centro de tratamiento como el mencionado en el artículo donde se inactiva su contenido en autoclaves. Nada que ha estado en contacto con material biológico infeccioso va a la basura municipal.

Volviendo al artículo de El País, lo que sí parece un contrasentido es lo que menciona el veterinario… «La legislación debería ser más exigente, porque ahora mismo permite que meter material biológico sin autoclavado [sin esterilizar] en los contenedores». Hombre, sería ideal esterilizar por autoclave en origen, como se dice, pero entonces ¿qué sentido tendría enviarlo a las plantas de tratamiento… para tratarlo igual, para esterilizarlo nuevo? Y atención, que esto implicaría cientos de centrales de esterilización repartidas por todo el territorio con el incremento de consumo energético, de maquinaria que requeriría mantenimiento y de personal que ello supone. Para mí esta legislación es correcta, siempre y cuando los contenedores se cierren correcta y perfectamente… y volvemos aquí a nuestra responsabilidad como generador de residuos. Porque estos contenedores están construidos a prueba de pinchazos y golpes, no los podemos culpabilizar a ellos.

Esto no quita casos particulares, como el nuestro. En nuestro caso, en cuanto a los residuos que han estado en contacto con patógenos de grupo de riesgo 3, y que son virus o bacterias zoonóticas, se hace una esterilización a autoclaves dentro nuestras instalaciones antes de ser metidos en contenedores que después serán recogidos para asegurar que en caso de accidente en el transporte, el material ya habría recibido un proceso de inactivación, reduciendo así el riesgo de infecciones ulteriores.

Es el productor del residuo el responsable de etiquetar correctamente el contenedor y de asegurarse de su correcto cierre. Los contenedor están provistos de un sistema de grapas que una vez cerrado hace (para mí) imposible que se pueda volver a abrir. Adicionalmente muchas tapas de contenedor tienen, a su perfil interior, un material adhesivo que cuando entra en contacto con los bordes superiores del bidón se pegan muy, muy fuerte. El artículo mencionado antes indica (sic): «Se deben realizar controles para asegurar que los contenedores de residuos están sellados» y es cierto pero evidentemente estos controles se realizarán en origen, en el mismo centro u hospital ya que si se hacen en destino, y el contenedor no cumple, implica un nuevo transporte (por lo tanto riesgo adicional) para devolverlo al productor del residuo. Por lo tanto, el control debe ser interno, propio del generador de residuos.

Si el contenedor, como parece la tesis del artículo, se abrió antes del tratamiento, es evidente que no se cerró bien en origen; hay contenedores que pueden parecer bien cerrados pero no siempre lo están.

Un centro de investigación como el nuestro no podría vivir sin autoclaves, en resumen, unas grandes ollas a presión con una serie de parámetros críticos (presión, temperatura, calidad del agua) bien controlados y con sistemas de seguridad para una segura manipulación. Aquí nuestro periodista resbala un poco al definirlos como «recipiente metálico de alta presion». Si se hubiera molestado en consultar la wikipedia en castellano hubiera encontrado: «La acción conjunta de la temperatura y el vapor produce la coagulación de las proteínas de los microorganismos, entre ellas las esenciales para la vida y la reproducción de los mismos, hecho que lleva a su destrucción «. La versión catalana de la wikipedia es más clara incluso, al definirlo como: «un dispositivo que sirve para esterilizar material médico o de laboratorio, utiliza vapor de agua a alta presión y temperatura, evitando con las altas presiones que la agua llegue a hervir y su alta temperatura. El fundamento del autoclave es que desnaturaliza las proteínas de los microorganismos… «. El autoclave no mata por alta presión, mata por la temperatura alcanzada. En el caso que nos ocupa en el artículo, una temperatura de 130ºC en seco sin vapor también tendría alta efectividad. Una presión de dos atmósferas adicionales, sin vapor de agua, que es la que se logra en el autoclave en un ciclo a unos 130ºC, hace cosquillas al mundo microbiano. De hecho toda la gente que hace inmersión sabe que una atmósfera adicional de presión (por lo tanto 2 atmósferas totales) son las que se tienen a 10 metros de profundidad al zambullirse, y 3 atmósferas totales se alcanzan los 20 metros y no parece que la gente sufra mucho.

Y ahora la parte detectivesca del artículo, la más interesante…

Epidemiológicamente puede ser muy difícil trazar una infección ya que los patógenos son ambientales, bastante o muy ubicuos, están repartidos, disponibles en muchos lugares y es difícil atribuir una fuente única, direccional a muchas de las infecciones. Recordemos que un agente químico tiene efectos inmediatos o casi inmediatos pero que un agente biológico muestra su efecto días o semanas después de la infección (y esta es una calidad «útil» si se miran las potencialidades bioterroristas ya que permite al actuante estar bien lejos del foco inicial) y en este intervalo de tiempo se pueden haber dado más contactos potenciales de fuentes diferentes. Únicamente si el patógeno tiene una firma específica, unos marcadores no habituales en la naturaleza cercana se puede asociar su origen, muchas veces un laboratorio de investigación, que trabajan con aislados exóticos (no presentes en su región) como ha sido el caso. Y este ha sido el caso porque de Brucella suis hay cinco biovars o familias (de biovar 1 a biovar 5). Los biovars 1, 2 y 3 se mantienen circulando en jabalíes y domésticos; el biovar 2, además, circula bastante entre las liebres en Europa. Pero resulta que el biovar 1 nunca ha sido aislado en Europa con la excepción de Croacia y la persona que enfermó lo hizo por una Brucella suis biovar 1. Si además la cepa identificada genéticamente del enfermo (una Brucella suis biovar 1 cepa 1330, aislada originalmente de un cerdo en Minnesota en 1950) casa exactamente con una cepa con la que se estaba trabajando en un laboratorio que llevó a los residuos a procesar a esta planta en ese periodo de tiempo ya está todo dicho.

Publicaicón del caso en la revista científica Enfermedades Infecciosas y Microbiología clínica.

Y finalmente, dos puntualizaciones que hace el artículo con las que, personalmente, no estoy de acuerdo. En el primer párrafo de la noticia se habla de que este caso «Según los médicos que lo atendieron, es el primer caso en el mundo.» No nos queda claro a que se refieren pero lo que es evidente es que no se trata del primer infectado humano por Brucella suis biovar 1. El mismo artículo que menciona el periodista (ver articulo en la revista Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) indica: “B.suis biovar 1 has been never reported Previously in año species in the European Union, with the exception of Croatia, despite being a mayor cause of human brucelosis in America, Oceanía and Asia «. La frase de la noticia queda entonces del todo invalidada, al menos en el contexto que yo la entiendo.

La segunda puntualización ya es más moral, no tanto científica, si se quiere, sin ser uno periodista. Como se puede escribir una primera frase del tipo «El 3 de febrero de 2014, un hombre de 53 años con una leve discapacidad intelectual llegó al hospital…». ¿Qué papel juega aquí la discapacidad intelectual? ¿Le hizo más sensible a la bacteria? ¿Es relevante desde el punto de vista de la salud pública? Se quiere indicar/insinuar que con esta discapacidad no se cumplieron o se cumplieron mal los protocolos de seguridad? Juzguen ustedes mismos.

Y es que informar, informar con los ítems relevantes y exactos, en el debido orden, debe ser tarea muy difícil.

Pero esta, esta es otra historia.

Conoce algo más al autor de este post:

Cap de la Unitat de Biocontenció IRTA-CReSA. comentarisviruslents.org xavier.abad@irta.cat