Comentarios virus-lentos (6): Este coronavirus ya tiene quien le escriba

Pues sí. El Coronavirus del que hablábamos en un post previo ya tiene quien le escriba. Vamos, que le hemos puesto nombre y sabríamos a quién y dónde dirigir la carta. Se le llamará MERS-CoV (derivado del nombre en inglés, Middle East Respiratory Syndrome CoV) o Coronavirus (CoV) del Síndrome Respiratorio del Oriente Medio.

Vamos un primo hermano (abreviadamente hablando) del SARS-CoV. Esa denominación ha sido aceptada ya por la Organización Mundial de la Salud (OMS) así que a partir de ahora será su nombre legal.

Recordemos, sin embargo, que el MERS-CoV y el SARS-CoV tienen una composición genética bastante distinta que determina que usen distintos receptores celulares durante el proceso de infección. De hecho la infección por MERS-CoV lleva asociado un cuadro respiratorio grave y un subsecuente fallo renal, mientras el SARS-CoV no daba lugar, en su momento, a este segundo síndrome renal.

Se ha demostrado ya un mínimo de 4 casos independientes de transmisión entre personas. Precisamente esta bajo número de casos, a pesar de la atención que esta recibiendo este virus, parece indicar que la eficacia en la transmisión es muy reducida porque alguno de los afectados había tenido contactos con decenas de personas, generando un único contagio. Si no se modifican los datos, la transmisibilidad del virus parece muy baja, menor de la que tuvo en su día el SARS-CoV y muchísimo menor que la que nos ofrece el virus de la gripe cada año.

Eso no quita que la incidencia haya aumentado; respecto nuestro último blog y sólo en Arabia Saudita ya hay 49 casos confirmados con 32 fallecidos (una tasa de mortalidad del 60% aproximadamente). Según la OMS el número total de fallecidos en fecha de 15 de junio fue de 34 personas (sobre unos 60 afectados diagnosticados). En Arabia Saudí los casos clínicos se concentran en hombres (75%) aunque no debería descartarse un factor social en esta incidencia. Se distinguen dos patrones epidemiológicos claros; grupos de infecciones en familias por transmisión persona-persona pero sólo tras contacto continuo y prolongado, grupos de infecciones en centros hospitalarios y un tercer grupo con origen o vía de transmisión desconocido (el típico cajón de sastre, un grupo por lo demás no pequeño, precisamente).

Lamentablemente y hasta la fecha no hay datos convincentes que el uso de agentes antivirales como la ribavirina o el interferón aporten ningún beneficio.

Finalmente, apuntes sobre su origen. El primer ancestro habría que buscarlo en un coronavirus de murciélagos (si se atiende a analogía de secuencia génica), pero es muy poco probable que la relación entre murciélagos y seres humanos sea directa (que el virus saltase de murciélagos a seres humanos directamente teniendo en cuenta la frecuencia de contactos entre ambos es muy, muy improbable). Especulativamente es plausible pensar que el virus pasó de murciélagos a animales de granja o domésticos en el ámbito de la península arábiga y de estos (por alta frecuencia de contacto) a humanos. Sin embargo los interrogantes sobre este tránsito vírico a través de huéspedes animales siguen siendo numerosos.

Pero esta, esta es otra historia.

Conoce algo más al autor de este post:

Cap de la Unitat de Biocontenció IRTA-CReSA. comentarisviruslents.org xavier.abad@irta.cat