Comentarios virus-lentos (9): científicos y resilientes en España
Algunos, quizás muchos de hecho, no se acordarán pero había un programa concurso muy famoso cuando había una única televisión en España donde a los concursantes se los presentaba como «Tal y tal, amigos y residentes en ….». En España, actualmente, hablar de científicos es hablar de «Tal y tal, científicos y resilientes en …, y hablar de ciencia es hablar de resiliencia.
Por aquellos pocos que aún no lo sepan la resiliencia se define como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. La definición original tenía una base mecánica ya que era la capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación.
Y este Gobierno que tenemos (el estatal y en menor medida el catalán porque ha desplegado sus herramientas de forma diferente) se está esforzando duramente para encontrar el punto de no retorno de la resiliencia del sistema de ciencia e innovación en España. El punto en el que no recuperaremos las potencialidades que teníamos y que habíamos demostrado. El punto en el que no podremos mantener un nivel de excelencia en nuestras infraestructuras científicas pero tampoco en nuestro personal técnico y científico que las llena y les da significado, ya sea porque parte de él busque nuevas oportunidades en el exterior o bien para que acabe desmotivando de forma irrecuperable.
El ataque es doble; una reducción salarial y la pérdida de ciertos beneficios laborales o adquiridos por convenio con reducción y reconversión de días de asuntos propios y una mucho más grave (que no tiene mucho paralelismo en otros sectores) porque afecta a la base del sistema y el futuro general del país que es el atraso, recorte, reducción e incluso aniquilación de las convocatorias de planes o programas, personal investigador en formación, ayudas complementarias, sectoriales …
Sin embargo la resiliencia tiene que ver también con la autoestima propia y la del colectivo. Aunque está mal decirlo y es malinterpretable (en ocasiones con razón) el colectivo de investigadores suele tener una alta autoestima. Se considera altamente capacitado y no se hunde en la primera negativa, mal resultado o tropiezo. Pero esta reserva de autoestima también tendrá un límite porque necesita alimentarse con nuevos retos, nuevos desarrollos, nuevos resultados que únicamente serán posibles manteniendo la financiación de la investigación en un cierto nivel. Y sobre todo si los gestores no caen de nuevo en uno de los males de este estado, España, la estrategia de igualar por abajo, aplicando nuevamente una metodología de café para todos.
En fin, que la desconocida resiliencia del sistema es la salsa en la que los idiotas (metan en el saco a los que ustedes prefieran) confían mientras vierten sus medidas sobre la ciencia para ocultar el sabor de su incompetencia (esta frase es un préstamo muy libre del gran Tyrion Lannister).
Pero esta, esta es otra historia.
