Cómo mejorar la salud de los lechones a través de las madres

Las enfermedades respiratorias se transmiten fácilmente y tienen mucho impacto en la salud de los animales. Los patógenos que entran por el tracto respiratorio encuentran una primera barrera en la mucosa nasal. En esa localización tienen que hacer frente a la inmunidad de la mucosa y tienen que competir con una comunidad de bacterias que constituyen la microbiota nasal. Al igual que la microbiota que encontramos en el tracto digestivo, la microbiota nasal tiene un papel muy importante en el mantenimiento de la salud de los animales. En concreto, sabemos que una composición alterada de la microbiota nasal en el momento del destete de los lechones puede predisponer a sufrir la enfermedad de Glässer, causada por Glaesserella (Haemophilus) parasuis.

Los lechones se colonizan al nacer a través del contacto con sus madres y de ellas reciben los componentes de la microbiota junto con defensas inmunes a través del calostro y la leche maternas. Los lechones se mantienen con las madres 3-4 semanas, tras las cuales se destetan y se mezclan con lechones de otras camadas. Esta mezcla hace que entren en contacto con bacterias distintas, incluidas patógenas, al mismo tiempo que los anticuerpos maternales ya están en declive. Por esto, y el estrés que conlleva el destete, este momento es determinante para que surjan enfermedades. G. parasuis es una de las bacterias que coloniza el tracto respiratorio superior de lechones desde edades muy tempranas, pero presenta algunas cepas que pueden producir una enfermedad invasiva, la enfermedad de Glässer. Esta enfermedad afecta a lechones tras el destete (4-8 semanas de vida), en los que produce lesiones inflamatorias en distintos órganos (artritis, meningitis, peritonitis…), y tiene un impacto alto en el bienestar y en la productividad de los lechones.

Frecuentemente, esta enfermedad se controla con antibióticos, debido a que las vacunas comerciales no protegen frente a todas las cepas virulentas. Sin embargo, los antibióticos no sólo actúan frente a las bacterias patógenas, y su aplicación, especialmente en lechones jóvenes, afecta la composición de la microbiota nasal y puede aumentar la susceptibilidad a sufrir enfermedades posteriormente. Así, el estado inmunológico y la composición de la microbiota en el momento del destete pueden ser determinantes para el desarrollo posterior de enfermedades. Para evitar la aparición de la enfermedad, los lechones deberían estar bien protegidos (inmunizados) en el momento del destete o rápidamente tras éste. Una dificultad a la que se enfrentan las vacunas frente a la enfermedad de Glässer, es el corto tiempo disponible para su aplicación. Esto hace que estas vacunas se deban aplicar cuando los lechones aún son inmaduros inmunológicamente y muchas veces en presencia de anticuerpos recibidos de las madres, que pueden interferir negativamente en la respuesta a la vacunación. Una buena alternativa sería la vacunación de las madres para aumentar el nivel de anticuerpos transferidos a los lechones en el calostro, que así, se mantendrán elevados aún tras el destete.

Cuando se vacunaron las madres con una vacuna experimental diseñada frente a cepas virulentas de G. parasuis, se observó que la composición global de la microbiota nasal de lechones se modificaba. La vacuna estimuló la producción de anticuerpos específicos en las madres, que eran detectados en niveles altos en el calostro. En consecuencia, los lechones cuyas madres habían sido vacunadas presentaron una reducción clara de la presencia del patógeno G. parasuis en su microbiota nasal. Esta reducción tiene posiblemente dos causas. Por un lado, el efecto directo de la vacuna en las madres vacunadas, que habría producido una reducción del patógeno en ellas, con la consiguiente reducción en la transmisión hacia los lechones. Por otro lado, el efecto en los lechones de los anticuerpos recibidos en el calostro, que habrían ayudado a la eliminación del patógeno. Además, fue interesante observar que la reducción de las cepas de G. parasuis conllevaba una reducción en la presencia de otros patógenos potenciales (Staphylococcus, Neisseria, Streptococcus y Mycoplasmataceae, entre otros) con los que posiblemente está asociado en la microbiota nasal.

Las diferencias de composición observadas reflejaban unos cambios funcionales de la microbiota nasal, pero cabe destacar que en el grupo de lechones nacidos de madres vacunadas no detectamos cambios en ninguna función asociada con el sistema inmunitario. Así, los cambios en la microbiota nasal podrían afectar la salud de los lechones en el futuro, pero todavía debe estudiarse el mecanismo por el cual esto pueda pasar.

CONCLUSIÓN

La vacunación de las madres con una vacuna frente a las cepas virulentas de G. parasuis, modifica la composición global de la microbiota nasal de los lechones, más allá de la reducción del patógeno diana de la vacuna, G. parasuis. La vacunación de las madres es una buena estrategia para el control de éste, y posiblemente otros patógenos, ya que transfieren la protección a los lechones recién nacidos. Por otro lado, se debería estudiar en más detalle si de la modificación que se observa en la microbiota proporciona un efecto beneficioso a largo plazo.

Esta entrada hace referencia al siguiente artículo, galardonado con el Premio “Mejor Artículo SUIS 2022”. La vacunación de madres frente a la enfermedad de Glässer modifica la microbiota nasal de los lechones. Revista SUIS 190 – 16-20, septiembre 2022, y al artículo original:

  • Sow vaccination against virulent Glaesserella parasuis shapes the nasal microbiota of their offspring. Blanco-Fuertes M, Correa-Fiz F, López-Serrano S, Sibila M, Aragon V. Sci Rep. 2022 Mar 1;12(1):3357. Doi: 10.1038/s41598-022-07382-2

Autoras: Virginia Aragón y Flor Correa Fiz

Conoce algo más al autor de este post:

Investigadora del Programa de Sanitat Animal. IRTA-CReSA. flor.correa@irta.cat