Tuberculosis zoonótica, ¿un reto de salud pública?

El 24 de marzo se celebra el Día Internacional de la tuberculosis, definido por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pero, ¿conocemos bien esta enfermedad? ¿Cuál es su situación actual? ¿Cuántos tipos de tuberculosis existen?

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa crónica provocada por bacterias y se transmite por vía aérea entre animales, entre personas, de animales a personas y viceversa. El hecho de ser una enfermedad compartida entre animales y personas es un buen ejemplo del enfoque «una sola salud» o «One Health», que se utiliza cada vez más en los ámbitos de la salud pública, sanidad animal y sanidad ambiental.

Habitualmente se habla de dos tuberculosis, el animal y la humana, por dos razones. Por un lado, las bacterias que afectan preferentemente los animales (Mycobacterium bovis y Mycobacterium caprae) son diferentes a la especie que afecta principalmente a las personas (Mycobacterium tuberculosis). Por otra parte, los ámbitos de la prevención, el control y la lucha en la medicina humana y la veterinaria han sido tradicionalmente muy separados. Si bien el primer motivo es incuestionable, el segundo se está volviendo más poroso, por eso cada vez más se tiene más en consideración la tuberculosis zoonótica, la que afecta a los animales y que se ha transmitido a las personas, en el contexto de lucha para la erradicación de la tuberculosis en sentido general.

Situación de la tuberculosis zoonótica en el mundo

La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que en 2017 hubo unos 142.000 nuevos casos de tuberculosis zoonótica por Mycobacterium bovis en el mundo (1.160 en Europa) y unas 12.500 muertes por esta causa, según el Informe Global de Tuberculosis 2018 de la OMS. Tan es así que en 2017, una iniciativa tripartita impulsada por la propia OMS, la Organización Mundial en Sanidad Animal (OIE) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), estableció una «Hoja de ruta contra la tuberculosis zoonótica» que señala las prioridades para hacer frente a esta enfermedad. Entre estas prioridades, está la mejora de recogida de datos de incidencia de la tuberculosis zoonótica, la mejora del diagnóstico en personas, el impulso de la investigación o un mayor esfuerzo en sanidad animal y en seguridad alimentaria.

Hoja de ruta de la tuberculosis zoonótica de la OMS.

A principios del siglo XX, entre un 15 y un 20% de las muertes por tuberculosis en los países más desarrollados de la época eran debidas a tuberculosis bovina. Son cifras enormes si tenemos en cuenta que esta enfermedad era la principal causa de muerte en ese momento. Por ejemplo, en 1900 fue la causa de muerte de una de cada 9 personas en Estados Unidos. La pasteurización de la leche, conjuntamente con los programas de erradicación de la tuberculosis bovina, han contribuido ha reducir drásticamente la incidencia y la mortalidad de la tuberculosis zoonótica en los países desarrollados.

Sin embargo, a pesar de que hoy en día la tuberculosis zoonótica se concentra en las regiones más empobrecidas del planeta, principalmente en África y el Sudeste Asiático, su incidencia en los países desarrollados podría esta fuerza subestimada. Así, si bien el 2017 los casos oficialmente reportados de tuberculosis por M. bovis en personas en la Unión Europea fue del 0,04 por 100.000 habitantes según datos de la EFSA, esta cifra es casi 10 veces inferior a la estimación de la OMS, ya que la mayoría de casos zoonóticos no terminan diagnosticando como tal por diferentes motivos, para que no se realiza el cultivo o bien porque los aislados en cultivo no se identifican a nivel de especie. Por lo tanto, es necesario incrementar los esfuerzos para controlar la tuberculosis zoonótica en línea marcada por el tripartito OMS-OIE-FAO, invirtiendo e implementando medidas concretas.

Una enfermedad que se trabaja en condiciones de alta bioseguridad   

Desde hace años, en las instalaciones de la unidad de Biocontención del IRTA-CReSA, que pertenecen a la Red de Laboratorios de Alta Seguridad Biológica (RLASB), se trabaja en esta dirección participando en programas sanitarios de control y erradicación de la tuberculosis animal impulsados ​​por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación. El IRTA-CReSA también participa en actividades de seguridad alimentaria impulsadas por la Agencia de Protección de la Salud de Cataluña. En el ámbito de la investigación, investigamos la epidemiología y el desarrollo de nuevas herramientas de control de la enfermedad.

En las últimas décadas se ha avanzado bastante en el control de la tuberculosis bovina, pero la presencia de la enfermedad en otras especies domésticas como el ganado caprino o la fauna silvestre, hace que las bacterias culpables de la tuberculosis bovina circulen y que se mantenga el riesgo de infección a las personas. Para hacer frente a este problema, actualmente trabajamos en un proyecto de investigación sobre diagnóstico, vacunación y nuevas herramientas de lucha frente a la tuberculosis en la especie caprina financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria -INIA- (Ref : RTA2015-0043-C02-01).

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