Las enfermedades emergentes y re-emergentes han propulsado la construcción y operación de multitud de centros de alta contención (o nivel de Bioseguridad 3) y máxima biocontención (nivel de Bioseguridad 4). Sólo en estos centros se pueden manipular y propagar patógenos peligrosos y fácilmente transmisibles, incluso letales, de forma segura. Esto implica que los profesionales dedicados a temáticas de enfermedades infecciosas emergentes o re-emergentes, y particularmente también enfermedades zoonóticas, deban disponer de conocimientos no sólo teóricos sino prácticos de las instalaciones en los que potencialmente trabajarán o que deberán gestionar en algún momento.